La tradición vinícola en Cantabria
Los vinos de Cantabria están empezando a ganar popularidad en todo el país y no es de extrañar. Esta comunidad autónoma cuenta con una larga tradición vinícola, la cual se refleja en la actualidad en los métodos artesanales de elaboración de esta bebida que muchas bodegas contemplan. Conocer la historia de esta tradición es aumentar tus conocimientos del mundo del vino.
La larga tradición de las bodegas de Cantabria
El norte de España cuenta con una potente cultura gastronómica y vinícola. Esta última queda patente en las potentes viñas vascas y cántabras. Hoy en día son diez las bodegas que se reparten la producción de once excepcionales vinos, los cuales están protegidos por la denominación de origen Vinos de la Tierra y que diferencia dos zonas de producción: Liébana y los vinos de la costa de Cantabria.
Sin embargo, sabemos muy bien que el vino en estas tierras no es una cosa que ha surgido de un día para otro, sino que lleva siglos desarrollándose. Es casi como una buena cepa que hunde sus raíces en la historia de la región. Las primeras referencias a la producción de vino cántabro nos llevan al siglo IX y se han encontrado en el Monasterio de Santo Toribio de Liébana.
En el documento encontrado se recoge cómo el abad del monasterio, de nombre Lavi, recibía una donación de cepas de vino. Un siglo más tarde, el rey Sancho IV ya buscaba la protección del vino autóctono. El monarca otorgó el privilegio a la villa de Potes de proteger las semillas, arcadillas y cepas de vino de la localidad.
El enoturismo en Cantabria
Los vinos de Cantabria hunden sus raíces en la historia. Las bodegas de Cantabria respetan esta tradición y producen vinos que debemos probar si nos consideramos amantes de esta bebida, pero no podemos dejar de lado el enoturismo en Cantabria para conocer sus vinos.