Enoturismo en Cantabria: un viaje de placer y cultura mediterránea
El enoturismo en Cantabria es un viaje a una cultura profundamente enraizada y de la cual puedes aprender y disfrutar sus muchos matices. Además de afamados vinos elaborados con uvas como Albariño, Treixadura y Chardonnay, puedes probar el típico orujo y sus variedades.
Turismo enológico
Las milenarias prácticas y artes que se aplican al cultivo de la vid constituyen una sabiduría ancestral que ha acompañado a muchas civilizaciones mediterráneas. Si visitas las bodegas de vino de Cantabria podrás además conocer vinotecas y museos del vino, rutas para hacer catas y restaurantes donde el maridaje logra grandes aciertos.
Otro aspecto del turismo en Cantabria que te resultará muy grato es alojarte en una casona rural, con vista a los viñedos y cuya antigüedad no esté reñida con las comodidades.
Los orujos
Estos productos también vienen de las uvas y se obtienen de los hollejos, la piel que cubre los granos y que se aprovecha una vez que han sido pisadas para producir el mosto. Son excelentes productos de elevada graduación alcohólica, superior a la que tienen los vinos de Cantabria.
El turismo enológico te permitirá entrar en contacto con los procesos de fabricación de los diferentes tipos de orujo. El de hierbas, muy aromático, es de color amarillo verdoso y tiene notas de anís, cítricos e hinojo. La crema de orujo suele tener una graduación más baja por la adición de lácteos, ingredientes que le brindan su cremosidad. El orujo blanco, también muy aromático, cuenta con una graduación alcohólica cercana a los 50 grados y te brinda un poso en boca redondo, largo y de agradable frescor. Gracias a estas características logran un excelente maridaje con postres de frutos secos, de fruta y de chocolate.
El enoturismo en Cantabria es una promesa cumplida, un viaje cultural a un mundo muy especial que llenará tus sentidos y tus recuerdos.